lunes, noviembre 10, 2014

9N (1): Uno de los dos mentía

Cuando, hace un año, Artur Mas anunció la fecha y la pregunta de la llamada consulta soberanista, el presidente del gobierno explicó en su primera comparecencia que estaba absolutamente seguro de que esa consulta no se iba a producir. Por su parte, siempre que podía, Mas explicaba que estaba absolutamente seguro de que esa consulta se iba a producir. Uno de los dos mentía.

Uno de los dos mentía, pero jamás hubiera imaginado que era Rajoy.

Desde hace dos años, y utilizando la metáfora del poker, Artur Mas ha ido subiendo la apuesta en cada ronda, y el presidente del gobierno, con su proverbial pachorra, ha ido acudiendo la apuesta de Mas. Viendo la apuesta de Mas, pero sin subir ni tomar ninguna iniciativa, siempre a remolque. Y en cada ronda, uno de los dos mintiendo. Y otra ronda, y uno de los dos mintiendo. Y esta misma semana, uno de los dos mintiendo. Y en el river, al girar la última carta, el Molt Honorable lanza un All in ("¿Suspensión del TC? ¡No me doy por aludido!"), y sorpredentemente el presidente del gobierno se hace caquita, se retira de la apuesta y permite que Mas gane sin llegar a mostrar la mano que llevaba cada uno.

Uno de los dos mentía, y era Mariano Rajoy. Los constitucionalistas que vivimos en Cataluña siempre quisimos creer que, llegada la hora de la verdad, un Estado de derecho, un Estado garantista, un Estado miembro de la UE, un país que tiene que hacerse respetar en el mundo no iba a permitir que un alto funcionario se pasara las resoluciones judiciales por el forro. Quisimos creerlo, pero el presidente del gobierno nos engañó. Y qué ingenuos fuimos. Uno creía que el desdén de Rajoy era solo una apariencia, y que ciertos límites jamás iban a ser traspasados. Uno creía que si el departamento de Educación de la Generalitat daba instrucciones de apertura de colegios con una resolución del TC prohibiéndolo, la consejera Rigau sería fulminantemente inhabilitada, aplicando el artículo 155 de la Constitución y declarando el Estado de alarma si era necesario. Uno de los dos mentía, y era Mariano Rajoy.

Ante un problema de tal gravedad, Rajoy debió pensar "Ufff... ¡qué lío!" y se fumó un puro. El presidente del gobierno no está cumpliendo su promesa de guardar y hacer guardar la Constitución, y está haciendo bueno a Rodríguez Zapatero. El presidente del gobierno, el que aseguró que no iba a subir los impuestos, el que aseguró que no iba a haber rescate bancario con cargo a los presupuestos públicos, el que aseguró que su partido no tiene dinero negro, el que aseguró que la llamada consulta no se iba a producir, nos contó el sábado que mientras él sea presidente no se va a romper España. ¿Y cómo le vamos a creer? ¿Cómo no se va a romper España si un preboste local se jacta de no cumplir una orden judicial y nadie se atreve a toserle?

Uno de los dos mentía, y era Mariano Rajoy. Yo no sé si esto tiene arreglo, porque ya no se trata de la secesión de Cataluña sino de que se está quebrando la legalidad vigente sin reacción gubernamental conocida. Lo que queda del Partido Popular, haría bien en ir pidiendo la dimisión del gobierno en bloque, por no estar cumpliendo con sus obligaciones. Aquí la única persona digna, la única que ha cumplido escrupulosamente con su obligación en esta historia ha sido la directora del colegio en el que me habría tocado "votar" a mí ayer, la única de Cataluña que se negó a entregar las llaves del centro a unos desconocidos. Al menos siempre queda alguien decente.