lunes, octubre 12, 2009

Contra las cámaras de comercio


Muchas veces hemos escrito aquí que las organizaciones sindicales son una suerte de sanguijuelas corruptas que, anidando dentro del sistema capitalista, tratan de destruírlo, de crear una oligarquía de privilegiados que viven de los demás sin trabajar, de expoliar a los demás trabajadores haciéndoles creer que defienden sus derechos, de restringir nuestra libertad y de obligarnos a todos a aceptar sus ocurrencias estúpidas con el uso de la coerción y la violencia si es necesario. Esto ocurre en media Europa, pero como en España los sindicatos reciben más prebendas del Psoe que del Pp (aunque no hay mucha diferencia, no crean), además de los cometidos anteriores, los sindicatos se dedican a trabajar activamente por el mantenimiento del Psoe en el poder. Únicamente por dinero, no por ninguna afinidad ideológica. Por el mismo motivo, en Cataluña los dos sindicatos españoles, Ugt y Ccoo, están vendidos al nacionalismo catalán más rancio, sólo por dinero, para estar a bien siempre con el poder y recibir la máxima cantidad posible de dinero. Y los afiliados de esos dos sindicatos, que en una proporción notable son de familias originarias de otras partes de España, tragando catalanismo con entusiasmo, como unos montillas cualesquiera. Ellos sabrán.

No sólo los sindicatos son sanguijuelas corruptas. Las organizaciones empresariales también. Los lobbies empresariales son el reverso de la misma moneda que los lobbies sindicales. También usan la coerción y la violencia si es necesario (recuerden, por ejemplo, el caso de los delincuentes transportistas que bloqueaban carreteras hace un año y medio porque no les gustaba el precio de un activo), y también buscan privilegios.

Las cámaras de comercio son un ejemplo. Un empresario, pequeño, mediano o grande, un autónomo cualquiera, por el solo hecho de serlo, está obligado a afiliarse a la cámara de comercio de su provincia (le afilian automáticamente, en realidad no hay que hacer ningún trámite). Por supuesto, al estar afiliado a la cámara de comercio hay que pagar una cuota o multa anual, aunque ellos prefieren llamarlo recurso cameral permanente. Una institución de afiliación obligatoria, toma liberalismo.

Si entramos a la web de la Cámara de Comercio, Industria, Navegación y Tráfico de Influencias de Barcelona, veremos que nos cuentan que las cámaras internacionalizan las empresas, promueven la innovación, potencian las nuevas tecnologías, analizan la economía (¡buf!), forman gente de empresa, asesoran, etcétera. Qué maravilla, un lujo, oiga. Si todo eso hacen las cámaras de comercio, digo yo que los empresarios que necesitaran asesoramiento ya se afiliarían voluntariamente, sin ningún impuesto revolucionario. Pero si yo soy kiosquero, taxista o propietario de un bar, ¿realmente necesito pagar a esos tipos para que analicen la economía o promuevan la innovación? Si necesito innovar o informarme, ya me las apañaré yo solo, no quiero su ayuda para nada.

Acaba de iniciarse el proceso electoral en la cámara de comercio de Barcelona. Los afiliados eligen a 60 representantes (correspondientes a unas 40 actividades económicas distintas, cada actividad es una circunscripción de entre uno y tres representantes). Esos 60 representantes eligen a otros 9 representantes más por la cara, sin sufragio directo alguno. De esta manera, si algún candidato no ha sido elegido en su circunscripción e interesa que salga elegido, puede ser repescado entre esos nueve representantes que elige el pleno, no los electores. Los 69 miembros resultantes escogen a su vez al comité ejecutivo de la cámara. Cualquier autónomo que esté al corriente de pago de la multa anual puede votar, pero sólo puede ser elegido si lleva como mínimo dos años como empresario (¡¿y por qué tienes que pagar desde el primer día pero no puedes presentarte como candidato desde el primer día?!). De la composición actual del pleno, podemos ver que en realidad bastantes de los representantes no son empresarios, sino altos ejecutivos de empresas en las que no participan en el capital.

En realidad, la mayoría de miembros del pleno no han sido votados por nadie porque suele presentarse un único candidato en cada circunscripción. En realidad, la mayoría de autónomos y empresarios ni siquiera sabe que hay elecciones en las Cámaras de Comercio, ni saben que pueden votar, ni conocen el sistema de elección. Sólo se les notifica que tienen que pagar la multa, nada más. Sólo saben que están obligados a pagar la multa y que los oligarcas de grandes empresas con línea directa con el poder están llamados a ser miembros del pleno. Y los pequeños y medios empresarios, a pagar, a callar y a tener que escuchar que la cámara de comercio es una muestra de la sociedad civil.

Para ser empresario hay que tener una pequeña idea, un pequeño capital inicial y una inmensa cantidad de generosidad. Yo no tengo ninguna de las tres cosas y por eso soy un vulgar asalariado. Pero si fuera autónomo no dudaría en presentarme a esas elecciones (porque para ganar al menos hay que plantar batalla) y tratar de proclamar a los cuatro vientos que las cámaras de comercio son organismos inútiles que deben ser liquidados. Porque eso es lo que piensan los pequeños y medianos empresarios, que son la mayoría. Si alguien tiene voz para ello, que lo diga.