sábado, junio 06, 2009

Oh Europa


Esta campaña de elecciones europeas ha sido de las más pintorescas que recuerdo. Pero, sinceramente, que no le echen la culpa a los políticos de la baja participación: la participación será baja porque a la gente Europa se la suda, y para muestra un botón. No es culpa de la campaña sucia, baja, ruin, rastrera y vacua de estos últimos quince días. Una campaña así era en realidad para motivar a una parte de la población, no para desmovilizarla. Piensen en nuestros queridos dirigentes políticos: todos ellos querrían llenar sus mítines de sesudas propuestas europeístas, pero si hicieran eso no iba a ir nadie a los actos electorales, porque a nadie le interesa. Para motivar al pueblo lo máximo que se puede hacer es apelar a las vísceras con chorradas sobre Falcones, vídeos infames, proclamas demagógicas y carteles con fotos de candidatos del partido contrario.

En toda Europa es más o menos así, de hecho. Si algo van a tener en común estas elecciones en toda la Unión Europea será un incremento del apoyo a los partidos de centro-derecha y a los euroescépticos. Los conservadores arrasan en Gran Bretaña, la UMP se mantiene en Francia, los democristianos avanzan en Alemania y Holanda y el partido-broma de Berlusconi resistirá en Italia. En toda Europa. ¿En toda? No. Spain is always different. En España, con la mayor tasa de desempleo de la zona euro, un deficit del 8% y subiendo y un gobierno que "combate la crisis" a golpe de improvisación diaria, la oposición de centro-derecha apenas superará al gobierno de centro-izquierda por uno o dos eurodiputados, y eso en el mejor de los casos.

En Cataluña, una de las zonas de España con más problemas de desempleo en la industria, ese mismo partido de centro-izquierda ganará con cómoda ventaja. Y lo logrará sin que su candidato, Juan Fernando López Aguilar haya necesitado dar un solo mitin ni haya pisado Cataluña en toda la campaña, ni haya salido en ningún cartel electoral, ya que sus carteles estaban reservados para Aleix Vidal-Quadras, Silvio Berlusconi y unos cuantos políticos jubilados. Ganar unas elecciones así es propio de un fenómeno, el fenómeno PSOE en Cataluña, que bien merece ser estudiado por algún experto en la materia. Aunque en realidad no sé si el fenómeno es el PSOE o los fenómenos son sus votantes catalanes, que también merecen ser estudiados a fondo.