sábado, febrero 21, 2009

Que se quede Bermejo


Tiene gracia que el PP pida la destitución del ministro Mariano Fernández por irse un fin de semana a cazar furtivamente con el jefe de la policía judicial y con un juez exdiputado socialista que instruye desde la Audiencia Nacional una causa, que no le compete, contra corruptos y no-corruptos del Partido Popular a dos semanas de dos elecciones autonómicas y con el periódico El País retransmitiendo en directo los datos que le interesan de un sumario supuestamente secreto. ¡Sólo por eso va el PP y pide que el ministro dimita!

En realidad, el ministro de justicia es uno de los mejores del gabinete. Él, a diferencia de un par de compañeras suyas del consejo de ministros, sabe construír oraciones con la estructura sujeto-verbo-complementos. Tiene una oratoria aguerrida y, cuando escucho sus arengas en el Congreso, hasta a mí me dan ganas de aplaudirlo. Como ministro no es muy bueno, la verdad, pero con los ministros que hay ahí, eso casi es lo de menos. ¿Para qué quiere el PP que dimita? ¿Qué quieren, que pongan a Pepiño Blanco de ministro de justicia? ¿O tal vez a Leire Pajín? ¿O quizás al alcalde de Getafe? Nada, nada, que se quede Bermejo.

Tiene toda la razón el egregio presidente José Luis Rodríguez cuando afirma, muy mitinero él, que no va a consentir que se intimide a los jueces; lástima que no se haya enterado antes y no haya llamado a capítulo a sus supuestos compañeros de partido en Cataluña cada vez que hablan del Tribunal Constitucional.