lunes, enero 19, 2009

Ahora que ha caído Ramón Calderón




La caída del presidente del Real Madrid ha servido como muestra de qué es el periodismo español. Qué digo el periodismo, ha servido como muestra de qué es España.

Yo, de natural ingenuo, creo que cuando un medio de comunicación tiene una información acerca de una conducta irresponsable, fraudulenta, interesada, de un personaje público que está al frente de una determinada institución, debe revelarla. Debe revelar esa información con independencia de si el personaje público en cuestión es amigo o enemigo, me conviene o no me conviene, ahora me va bien que se sepa o mejor no.

Por eso, no puedo hacer otra cosa que indignarme con el papelón de los medios de Unedisa: El Mundo, Marca y Expansión. Resulta que Pedrojota Ramírez tenía desde hace semanas noticias acerca del tongazo en la Asamblea del Real Madrid, pero no lo publica hasta que su amigo Melchor Miralles cree que es mejor deshacerse de Ramón Calderón. No sólo eso, sino que Melchor Miralles ha estado defendiendo el buen hacer de Calderón hasta hace cuatro días, trifulcas en El tirachinas de la Cope incluídas. No menos patética la actuación del grupo Prisa: tenían esas mismas informaciones, pero prefirieron no darlas e intentaron proteger al presidente hasta el último minuto porque les convenía de cara a la negociación de los derechos del fútbol.

Un país en el que los medios de comunicación se mueven por intereses y no por un compromiso con la verdad es un país que no merece la pena. Y voy yo y me caigo del guindo ahora, como si hubiera nacido ayer.