viernes, agosto 29, 2008

Lo único llamativo de la pre-precampaña gallega


Los medios tenían la expectativa de que las elecciones gallegas fuesen adelantadas a este mes de octubre. Parecía que los principales aspirantes a la presidencia de la región, Emilio Pérez y Alberto Núñez, se iban a enfrentar a finales de octubre. Pero contra pronóstico, parece que el presidente gallego, Emilio Pérez, finalmente no va a adelantar las elecciones.

Eso al menos es lo que dice, y confieso mi perplejidad cuando leo los titulares y los entrecomillados que le atribuyen. El personaje, cuyas máximas gestas en los últimos tres años han consistido en impulsar las galescolas y acusar a la oposición de urdir una trama de pirómanos despechados, asegura simultáneamente que no adelantará las elecciones y que las adelantará al mes de marzo para que los intereses de Galicia no se vean contaminados por los intereses de las elecciones europeas, o algo así.

No sé para qué narices hay que adelantarlas. Hacer coincidir dos contiendas electorales en una misma jornada (autonómicas y europeas) sólo tiene ventajas: no molestamos dos veces a los sufridos ciudadanos a quienes les toca ser miembros de mesa, ahorramos dinero al hacer una única campaña electoral en lugar de dos, ahorramos energía al tener los colegios abiertos en domingo un día en lugar de dos, incluso le dejamos un fin de semana libre más a los interventores y apoderados.

La única motivación que tiene separar dos elecciones cercanas en el tiempo es algo así como el afán de protagonismo territorial, la primacía de unos supuestos intereses particulares y separados para Galicia, el regionalismo absurdo, que es lo mismo.