lunes, mayo 12, 2008

Falso artículo del doctor Montilla


Al Muy Honorable presidente de la Generalitat, el doctor en Ciencias de la Administración José Montilla, sus asesores le escribieron un artículo el sábado en El País, firmado por él, que todo el mundo debería leer entero, si es que alguien consigue llegar al final.

Bajo el título de Falso dilema, y a pesar de que la redacción es algo deslavazada (es lo que suele ocurrir cuando varios asesores han ido metiendo cuchara), el doctor Montilla aporta, con su solidez habitual, argumentos decisivos para nuestro futuro colectivo. ¿Cuál es, según el doctor Montilla, el gran reto que tiene Cataluña en los próximos meses? ¿El incremento del desempleo? No, hombre. ¿La competitividad del sistema productivo frente a otras economías con menores costes laborales y fiscales? No, hombre. ¿Los problemas de conviviencia derivados de algunos fenómenos migratorios? No, hombre. ¿El colapso de algunos servicios públicos básicos, como la atención sanitaria primaria o el transporte colectivo urbano en el área metropolitana de Barcelona? No, hombre. Su gran prioridad es la financiación autonómica, es decir, más dinero para la administración pública catalana y menos dinero para la administración pública española.

Hay varios aspectos interesantes en la composición montillesca. Primero, la reiterada utilización de los términos "Estatut" y "Catalunya" para referirse al Estatuto y a Cataluña, las formas adecuadas para el diario global en español. Segundo, ese ladrillazo interruptus a Guillermo Fernández Vara:

"Quizás sea bueno recordar aquí, por ser ejemplo muy ilustrativo, que Catalunya tiene tantos pobres (según el último informe de Cáritas) como habitantes tiene alguna comunidad autónoma."

No se corte, hombre: aporte el nombre de la comunidad autónoma. No deje en ascuas a los lectores de El País y diga abiertamente que es Extremadura. Pero sin duda la perla más interesante es el reconocimiento explícito de que el Estatuto de Cataluña es manifiestamente inconstitucional (párrafo quinto):

"El Estatut de Catalunya obliga a todos: a la Administración general del Estado y a la Generalitat de Catalunya".

Gracias, doctor Montilla: un texto de rango autonómico que legisla qué tiene que hacer todo el Estado legisla, por tanto, por encima de su jurisdicción y es inequívocamente inconstitucional. Hasta un asno podría entenderlo. Si yo soy el ayuntamiento de Riaza, puedo aprobar el presupuesto de mi municipio, pero no aprobar unilateralmente cuánto tiene que gastarse la diputación provincial de Segovia en mi municipio, ni fijar plazos para acordar nada con la diputación ni mucho menos decirle a los demás ayuntamientos cuándo deben decidir nada, simplemente porque eso no es asunto mío. Toda la historia esta de la financiación es una coña marinera, y sólo queda esperar que el Tribunal Constitucional la tumbe cuanto antes y pasemos a otra historia.

Otra de las cantinelas habituales del doctor Montilla y de todos los nacionalistas catalanes es la apelación al miedo por si los tribunales anulan la gilipollada esta de la financiación o si el gobierno de Rodríguez no hace ni caso: "uy, cuidado con nosotros, mira que como nos enfademos los catalanes...", lo podemos apreciar en los párrafos décimo y undécimo:

"El riesgo es grande, porque podría acarrear el desafecto con la política española y la certeza de que un sistema considerado injusto debe ser sustituido. Y de ahí a la reivindicación del concierto económico (éste sí, por naturaleza, insolidario) o a la consolidación de fenómenos como la Liga Norte italiana, sólo habría un paso. [...] ¿Interesa esta situación a alguien? Por supuesto que a nadie razonable. Y seguro que a nadie que se diga socialista."

No se engañe, Montilla. Los catalanes han demostrado reiteradamente que su desafección es hacia la política catalana: ahí están los datos de baja participación en las elecciones autonómicas desde 1980, pero sobre todo y de una forma escandalosa en las autonómicas de 2006, o del referendum del estatuto de 2006. Compare con la participación en todas las elecciones generales, pregunte a ciudadanos anónimos cuántos consejeros del gobierno catalán conocen, pregúnteles por el finançament de las narices, por la feria del libro de Frankfurt, por la bilateralidad o por el pacte nacional d'educació y vea dónde está la desafección, el aburrimiento, el desinterés, la apatía, el hartazgo, el cansacio, la indiferencia.