jueves, junio 14, 2007

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Superada mi afección, debo decir que ahora que vamos a batir el record histórico de mayor número de autonomías donde no gobernará la candidatura más votada (a saber, Galicia, Cantabria, Navarra, Cataluña, Baleares y Canarias, por no hablar de los ayuntamientos, diputaciones, juntas generales y cabildos insulares), podemos tener la certeza de que, definitivamente, en las próximas elecciones municipales y autonómicas va a ir a votar su puta madre.

Es una excelente oportunidad para los que creemos que el Estado autonómico fue un invento infame, formulado con la expectativa de contentar a los nacionalistas periféricos.

Ni ha satisfecho a los particularismos de raíz étnica identitaria, ni ha hecho más ágil la organización administrativa de España, ni ha servido para defender la libertad individual. Antes al contrario, y además ahora juegan con nuestros votos. Actualmente, los que nos atrevemos a clamar frontalmente en contra de las autonomías cabemos en un ascensor. Piénselo y conviértase en un centralista rancio. Mola más.