viernes, abril 20, 2007

Sobre la Reflexión Iracunda


Estoy de acuerdo, Isidoro, en que en España (y no digamos ya en mi tierra), los verdaderamente liberales caben un ascensor. Estoy plenamente de acuerdo en que en España (y no digamos ya en mi tierra), no hay partidos políticos de derechas, sino de izquierdas y de centro-izquierda. Estoy completamente de acuerdo en que Tengo una pregunta para usted tiene un tufillo socialdemócrata inherente a la dinámica del programa. Estoy de acuerdo en que todo aquel que no quiera suprimir el estado del bienestar merece ser perfecta y justamente calificado como socialista.

Y siendo todo eso absolutamente cierto e irrefutable, me encantó la intervención de Mariano Rajoy ayer. Primero, porque no rehuyó ninguna pregunta, no como el Inepto, que tres semanas antes había respondido a todos lo mismo, con frases premeditadamente largas y con construcciones sintácticas confusas a partir de la segunda subordinada. Segundo, porque creo que en la mayoría de respuestas dijo lo que realmente piensa. Tercero, porque en programas como el de ayer Mariano Rajoy parece el líder político español con el discurso más liberal que jamás hayamos visto desde la Transición: un discurso basado en la igualdad de todos los españoles ante la ley, en la no intromisión de papá Estado o de mamá Autonomía en la sociedad civil, en el papel del Estado como garante de la libertad y la seguridad ciudadana o en la importancia de un sistema educativo que prime el esfuerzo personal y el mérito, muy pocas veces lo hemos visto. Al menos yo. Tan pocas veces lo he visto, que es difícil creer que lo que tiene en frente no sea suficiente acicate como para ayudar al Partido Popular a regresar al gobierno.