sábado, octubre 14, 2006

El hastío


Lo malo del gobierno Rodríguez no es que esté poniendo patas arriba las instituciones del Estado de un modo irreversible, ni que esté condenando a la inanición intelectual futura a los adolescentes españoles, ni que no tenga ningún proyecto de gobierno más allá de sacar del sistema al partido de la oposición. No: lo malo no es nada de eso (al fin y al cabo, es la culminación acelerada de lo que todos sus antecesores, en menor o mayor medida, han tolerado o impulsado desde 1978).

Lo terrible es ese horrendo hastío que provoca. A mí me gusta la política, pero es que ZP me aburre, ante todo. No conozco a nadie capaz de escuchar sus discursos vacíos con atención, me compadezco de sus coetáneos en las reuniones de Moncloa, me hastían los rodeos de la vicevogue para trascendentalizar sobre si quiere o no quiere ser alcaldesa de Madrid, me cansan los exordios prefabricados del portentoso exsindicalista Fernando Moraleda.

Decían que la izquierda estaba desorientada desde la caída del muro; espero que el socialismo español no sea la nueva identidad de la izquierda, porque es la nada más absoluta.

Tal vez el objetivo de fondo de Zapatero sea aburrirnos a todos, adormilarnos e hipnotizarnos, para que en 2008 él sea el único en acudir a las urnas y ganar por mayoría absoluta. Yo creo que está en camino.


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Esta mañana discutía con un amigo cuánto le habrá costado a CIU la realización y distribución de su documental sobre el tripartito. Me decía que el coste total debe rondar los 50 céntimos de euro por DVD grabado, incluyendo ahí todos los gastos. La broma debe haber salido por 500.000 euros, más el necesario 3% de comisión a los responsables de la producción del vídeo.