domingo, julio 23, 2006

El hombre que daba titulares, no ideas


Sobrecogedoras declaraciones del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez, al prestigioso cronista Juan José Millás. Declaraciones que cambiarán el mundo. Ni siquiera Millás, elogiador profesional del personaje, es capaz de edulcorar sus palabras vacías e ideas insulsas:

"Ya he aprendido a dar titulares. Al principio creía que bastaba con dar ideas. Pero me decían que no, que había que dar titulares."

"Cuando nació mi hija mayor, por ejemplo, yo estaba asistiendo al declive de mi partido. Una cosa muere y nace otra. Un primo carnal mío, al que mi padre quería mucho, murió a los nueve años, cuando yo estaba a punto de nacer. Y mi madre falleció cuando tomaba las riendas del partido. La muerte y la vida van juntas. Siempre es así. Sentí mucho lo de mi madre porque nadie, como ella, habría disfrutado tanto de esta época. Yo era su ojito derecho."

"Y Rajoy ha venido sin entrenar. Se pasó el primer año de oposición hablando del 11-M y llegó al segundo sin respiración, y muy averiado respecto al Estatuto catalán. Su problema, ahora se ha visto, es que sólo tenía una oportunidad y se la ha jugado a la desesperada. En política las cosas no pasan porque sí. La política tiene una lógica aplastante. Se ha caído porque se tenía que caer."

"Hoy me he levantado delgado porque ayer nadé mucho y cené poco."

"Pero mi pasión es la política, no el poder."

"En parte, sí. Los medios son una forma de hacer política desde el poder, porque quieren poder, pero no quieren transformar la sociedad. ¿Tienen los medios alguna vocación transformadora, de cambio? Tiene mucho más afán de cambio la ciudadanía. Por eso, yo trabajo cada día más pensando en los ciudadanos que en los periodistas, tanto en mi forma de actuar como en la de comunicar. Y esto constituye un acto de fe democrática. La fe en la democracia informa cada acto de mi vida."

"La política es el control de los tiempos. La política es tiempo, mucho más en una sociedad cuyo volumen de información al día es impresionante. Hay que pensar no sólo cómo dices las cosas, sino cuándo las dices. Siempre hay un margen aleatorio de error, siempre se corre algún riesgo, pero estamos aquí también para correr riesgos. Antes de ganar las elecciones, comenté con algunas personas que me iba a tocar la tarea de poner fin a ETA, no porque yo tuviera cualidades especiales o porque dispusiera de unos recursos que no hubiera descubierto nadie, sino porque era el tiempo de acabar con ETA. No gané el congreso de mi partido por ser José Luis Rodríguez Zapatero, sino porque había llegado el momento de los Zapateros. Pues bien, ahora ha llegado el momento de desatar este nudo. Si a esa certeza le pones unas gotas de sentido común y de intuición (y esto se da por descontado en una persona muy bregada políticamente como yo), lo normal es que las cosas salgan bien."