jueves, febrero 09, 2006

Función o ficción representativa (I)


¿Cuál es el sistema electoral más adecuado para el poder legislativo? El actual, para el Congreso de los Diputados, es proporcional corregido y con circunscripciones: los diputados son elegidos de acuerdo con los votos emitidos en las respectivas provincias donde se presentan, y con un porcentaje mínimo de entre el 3 y el 5% de los votos. Adicionalmente, tenemos el Senado, pero a nadie le importa la forma de elección de los senadores, y con razón. Cámara inútil con representantes inútiles.

Si nos ceñimos exclusivamente a la función representativa, el sistema más justo es el israelí: proporcional sin correcciones, sin mínimos y con circunscripción única: un hombre, un voto. Tiene la ventaja, además, de que abomina de esa idea cavernaria de la territorialidad, de las provincias que cuentan más aunque tengan menos habitantes. Como contrapartida, prima demasiado la representatividad de todos y dificulta excesivamente la formación de mayorías obligando a sesudos pactos, algo letal para un país como el nuestro en el que hay personas que nacen, crecen, se reproducen y mueren bajo la reivindicación nacionalista constante.

Veamos cuáles fueron los resultados de las elecciones generales de 2004 con el sistema vigente y cuáles habrían sido con un sistema a circunscripción única: