martes, noviembre 22, 2005

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El Rey,

- cuya persona es inviolable;
- cuyos actos no deben ser justificados ante nadie;
- que juró los principios del Movimiento;
- que tiene toda una colección de amigos y amiguetes, alguno de los cuales no entra en la cárcel precisamente por su condición de compañerismo regio;
- cuya actitud en el 23-F no fue del todo honesta en un primer momento;
- que no tiene que pedir permiso en su trabajo para asistir a ninguna inauguración;
- cuya pasión por el mundo del motor, por la caza y por las faldas es conocida;
- cuyas actividades personales son absolutamente eludidas por los medios de comunicación;
- que dice ser primo lejano de Mohamed VI;

es, precisamente por toda esta colección de particularidades, por toda esta excepcionalidad supraideológica, por ese pacto tácito que nos hemos dado de no husmear en su figura, la mayor garantía de que los españoles no nos matemos entre nosotros, ejercicio del la que somos asiduos cada cierta cantidad de décadas. Así que larga vida al rey, que además es muy republicano, ZP dixit.