miércoles, julio 20, 2005

Profecía estatutaria


Tal vez me arrepienta, pero después de casi dos años viendo cómo ha entretenido la clase política al personal, creo que me puedo jugar el sueldo de un mes a que no se reforma el estatuto de autonomía de Cataluña.

Salvo encajes de bolillos zapatéticos, que hagan una interpretación particular de la legalidad vigente, si el Estatut afirma que Cataluña es una nación, no se aprobará en el Congreso de los Diputados. Y si no lo afirma, no se aprobará ni en el Parlament de Cataluña.

Así que cerremos el chiringuito y dediquémonos de una puñetera vez a otras cosas. Por ejemplo: ¿confía el president Maragall en la honradez de su consejo ejecutivo?