sábado, julio 30, 2005

El jeta del Cono Sur


Hace unos cuatro años, Luis Inazio Lula da Silva llegó a la presidencia de Brasil, como candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores, tras el descontento popular con el gobierno del no menos izquierdista Partido Socialista.

Lula llegó al poder en medio del palmoteo progre europeo (la gauche caviar, como decíamos ayer de Antonio Gala), que desde 1968 ve siempre el triunfo de un partido muy muy de izquierdas en algún país con muchas bolsas de pobreza como una ocasión para rememorar viejas glorias nunca realizadas.

¿Y qué ha hecho en este tiempo Lula da Silva? Mucho plan contra la pobreza, mucha foto con Diego Armando Maradona, Hugo Chávez y José Luis Rodríguez Zapatero, mucho "nosotros sí representamos a los obreros", mucho "Bush Tonto" y en la hoja de servicios de este pájaro lo único que consta es lo que mejor sabe hacer la izquierda.

Extraído hoy de los comentarios del blog de Arcadi Espada:

Aquí están bastante indignados con lo de tirar a matar, como si la policía carioca no hubiera sentado cátedra en ese tema. (...) Lo mejor es toda la historia del mensalão, la enorme red de chanchullos que se está destapando y que deja al PT en harapos. Cuentas millonarias en el exterior, regalos de coches, cuñados que son sorprendidos en aviones llevando millones escondidos en los calzoncillos... Y patéticos discursos de Lula presumiendo de padres analfabetos que sólo le dejaron en herencia la honestidad y el ir con la cabeza alta... todo con una incipiente pancita que recuerda cada día más a la de Txiki Benegas. Cada día amanece con un chanchullo nuevo, y con las ya sabidas amenazas de "tirar de la manta".

En cambio, si usted pregunta al comprometido occidental de a pie sobre Lula da Silva, probablemente obtendrá inmaculados calificativos, elogios desmedidos y una suerte de cursilería ignorante. Y unas narices: Lula es un voraz cleptócrata, amigo de cleptócratas, vecino de cleptócratas y encubridor de cleptócratas. Y por supuesto, Lula volverá a ganar las próximas elecciones, salvo que se presente un partido todavía más de izquierdas que el suyo y encandile nuevamente a los electores, quienes, en tenebrosa mayoría, consideran que la solución es buscar algo todavía más progre en esencia.


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Tras el espectáculo de La Fira de l'Estatut de estos días, se me han ocurrido muchas maneras de referirme aquí a la comedia de enredo protagonizada por Pasqual Maragall, Artur Mas, Josep-Lluís Carod-Rovira, Josep Piqué y Joan Saura.

Me referiré más extensamente en otra ocasión, pero estoy llegando a la conclusión de que, en aquella foto, la corona de espinas no la tenía Carod bajo su cabeza, era sólo un efecto óptico. Con numeritos políticofestivos como el de ayer, la corona de espinas la tenemos nosotros.