jueves, abril 28, 2005

Primera necesidad


La vida da muchos tumbos y, en uno de esos sorprendentes quehaceres que me tenía reservada mi existencia, una vez [no pregunten cómo fui a parar ahí] tuve que atravesar un campamento gitano.

La experiencia fue profundamente enriquecedora: ese día entendí el verdadero valor que damos a los objetos de nuestro entorno. Los gitanos no tenían aseos en sus viviendas, prueba de ello eran todos los excrementos desperdigados por el lugar y sus alrededores. Sí tenían, en cambio, antenas parabólicas, un inmejorable símbolo de la sociedad occidental contemporánea: la televisión es prioritaria al inodoro. Ahora entiendo mejor por qué se ve lo que se ve en la tele.