viernes, marzo 25, 2005

Por una vez


Circula la especie de que en breve los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya van a anunciar el despido de varios empleados por haber montado un piquete, la semana pasada, en una huelga convocada por el Sindicato Independiente de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios.

Los sindicalistas trataron de hacer incumplir los servicios mínimos interceptando las vías en la estación de Les Planes y cortando la circulación en ambos sentidos, hasta que fueron desalojados por la policía. Ahora, FGC va a tomar represalias contra ellos. Por una vez, parece que vamos a asistir a una situación que en cualquier país civilizado debería ser la normal: empleado que incumple su contrato, expediente de expulsión.

En un país como España, en el que los sindicatos tienen bula divina para extorsionar, sabotear, coartar, robar, silenciar, amenazar y hacer lo que les plazca sin que jamás se les haya aplicado el código penal, es de celebrar que los ferrocarriles catalanes expulsen a esos babosos que pretenden vivir del cuento. No se despide a alguien por hacer huelga: se despide a alguien por obligar a los demás a hacer huelga.

Lástima que los represaliados sean de un sindicato independiente. Los ferrocarriles del tripartito no habrían sido tan valientes si se tratara de un liberado de CCOO, UGT o CGT. Probablemente, los habrían ascendido.