domingo, enero 09, 2005

Resistiré


El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y Cuyaubé, continúa brindando éxitos a la diplomacia española: el último, conseguir la adhesión de la cleptocracia angoleña a la alianza de civilizaciones para el definitivo cambio en el orden mundial.

Moratinos (quien, por cierto, debería despedir a sus guardaespaldas) se ha distinguido en los últimos días por numerosas declaraciones favorables al plebiscito que refrendará la llamada Constitución europea, pese a que ni es una Constitución ni existirá ningún referendum. Este sábado, don Miguel Ángel tuvo la brillante idea de pedir el voto favorable "porque el texto defiende claramente las ideas socialdemócratas".

El Gobierno inició su campaña pidiendo lealtad al principal partido de la oposición. Afirmó que difundiría la tal Constitución como un texto de todos; una ley de leyes, no susceptible de ser utilizada de forma partidista, en virtud de la cual los estados miembros de la UE renuncian a una parte de su soberanía. Los españoles seríamos los primeros en Europa en aprobar el tratado. Los niños crecerían felices, los arroyos fluirían limpios y el Sol brillaría en un paisaje eternamente primaveral con la Constitución europea.

Y un huevo.

Con Moratinos defendiendo el sí porque la Constitución europea, según él, es una oda a la socialdemocracia, ya tenemos el verdadero motivo de la velocidad gubernamental en convocarnos al referendum. Búsqueda barata de popularidad, engorde de titulares y utilización interesada de cualquier voto favorable de los ciudadanos que, de buena fe, den su apoyo al tratado europeo pese a no ser simpatizantes del gobierno socialista.

Yo no pienso ir a votar porque la consulta es no vinculante, es un engaño. Pero actuaciones como la de Moratinos le incitan a uno a un abandono transitorio de la seriedad y a dejarse llevar por el irresistible encanto del "no". Resistiré.